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Moda a favor del planeta: Moda sostenible

  • Foto del escritor: Mauricio Cilingg
    Mauricio Cilingg
  • 8 jun 2021
  • 4 Min. de lectura

La moda es fenómeno global, que de alguna forma logra unificar a las personas bajo un estandarte de actualidad y vanguardia.


Temporada tras temporada, colección tras colección, las tendencias son dictadas por los grandes nombres del universo vestural. Tendencias que rápidamente se democratizan en miles de marcas y tiendas que tejen una red mundial, lo que permite que dichas tendencias lleguen a una gran porción de público consumidor.


El protagonismo de este proceso y del espiral de tendencias y moda accesible lo tienen las grandes tiendas low cost , que ofrecen indumentaria similar a la que vemos en estas icónicas pasarelas internacionales a bajo costo y con una calidad medianamente aceptable.

Pero, ¿Cuál es el resultado de este frenesí de compras frenéticas y tendencias fugaces? ¿Quién realmente paga el precio de este modelo de negocios?


Y así como leemos estas cifras hay muchas más que son una evidencia fehaciente de que la peor parte se la lleva el planeta, el medio ambiente y los recursos naturales, que se ven afectados directamente de la contaminación derivada de los procesos de fabricación de indumentaria; que en su mayoría no se rigen por estándares éticos para la manufactura de sus productos y hacen caso omiso a las alarmantes señales de alerta que año tras año nos envía el planeta.




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Esta problemática es causada en parte por la gran ignorancia sobre el tema de parte del público consumidor, y por los métodos erráticos de manufactura de las empresas productoras de ropa.


El cambio se dado desde hace algunos años de la mano de organizaciones internacionales, y fundaciones dedicadas a la concientización acerca del tema, que se han advocado a crear conciencia e informar sobre esta realidad, con la finalidad de lograr educar a las personas para que se trasformen en compradores inteligentes, Ciudadanos más responsables y conocedores sobre el efecto de sus actos sobre el medio ambiente. Así como también, a formar diseñadores y empresarios que busquen las vías éticas y sostenibles para crear y comercializar indumentaria, tratando siempre de que el impacto sobre el planeta sea cada vez menos y que se llegue a un punto en donde casi sea imperceptible.


De esta forma ha nacido la moda sostenible, en donde lo que se procura entre otras cosas es reducir el consumismo desenfrenado, introducir en los procesos de fabricación metodologías éticas que no atenten en contra los recursos medioambientales, y que todo el personal involucrado sea justamente remunerado.


De ella a su vez han derivado otras vertientes que se han convertido en una forma sincera y practica de transmitir a las personas un llamado de atención, y que así aprendan que la moda va mucho más allá de ataviarse con ropa nueva y comprar para acumular piezas en el closet, que en la mayoría de los casos usaremos pocas veces y luego serán desechadas.

Estos caminos que han nacido producto de la moda sostenible se han transformado en tendencias positivas como la del Upcycling , que transforma desechos textiles, o prendas de ropa que ya no van a ser usadas, y les da nueva vida empleándolas en otras piezas distintas o interviniéndolas con nuevos textiles.



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También hemos visto como en los últimos años se ha incrementado la venta de ropa de segunda mano, eso que también conocemos como tiendas vintage, y que le brinda una segunda oportunidad a la indumentaria que aún puede ser usada.


Gracias a estas campañas que siembran conciencia, el escenario en el que estamos actualmente resulta un poco más alentador en comparación al que observábamos hace algunos años, y vemos cómo cada vez más marcas quieren tener un trasfondo que apunte hacia la sostenibilidad, así como el público consumidor demuestra claramente su necesidad de información sobre el tema, y métodos con los que puedan aportar ayuda desde su posición.



Cifras aportadas en el año 2019 por Global Web Index.


La realidad es que aún queda mucho trabajo por hacer, muchas conciencias por despertar y mucha información que compartir, para que esa industria sostenible con la que soñamos sea lograda por completo. Sin embargo, cada uno de nosotros tenemos la oportunidad de hacer algo al respecto, desde nuestra cotidianidad como consumidores, diseñadores, comunicadores, empresarios y comerciantes. Desde casa podemos iniciar el cambio para luego compartirlo con los demás, y que paso a paso se cree una red de personas que tengan un interés verdadero en eso que ha cobrado tanto sentido a nivel internacional que es la moda sostenible, pero que realmente empieza desde la intimidad de nuestro closet.



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